Carlos Max I 2


Recuerdo como empezó. Caminaba por una unidad habitacional, alado de ella, cruzabamos por una fuente, con agua cristalina pero apestaba a cloro, su altura era baja, sentía mis tobillos mojados, rápido salimos de ahi, y seguimos caminando, llegamos hasta otra fuente donde el agua verde cubria mi cintura, una cascada marcaba la salida de la fuente, ella me tomo la mano y me llevo hasta ahí, la fuente era mas profunda conforme se avanzaba, a punto de subir por pequeña cascada, una ola gigante nos ataco con fuerza, creando una ola, mi mano se separo de la suya, mientra la ola me arrastraba, luego algo me empujo desde abajo, sentí que el agua me empujaba con fuerza, subia rápidamente mientras veía agua a mi alrededor, el corro cesó, entonces comencé a caer, me di cuenta que soñaba, así que no pude caer en la fuente, desperté agitado, necesitaba saber como se llamaba ella, no pude dormir, mañana tenia escuela, así que me obligue a dormir.

Al día siguiente, entusiasmado, me desperté, me bañe, vestí y sali para la escuela, tenia solo siete años, nada importante hacia en aquella época, veía televisión, y me molestaba cuando los mayores me preguntaban mi edad con un tono de voz tan odioso, con un tono de superioridad, y luego me alborotaban el pelo, o me apretaban la mejilla, ¡siempre lo odie!, pero cuando ella lo hacia, era diferente, la conocí en el recreo de aquel día, con esa hermosa mañana, yo hablaba con un Federico, no era muy sociable y no tenia muchos amigos, entonces la vi, ¿Que sentimiento se puede generar en el corazón a esa edad? no lo se, pero fue mi primer amor, ella con sus amigas hablaba de cosas desconocidas para los niños de esa edad, nunca logre saber de que hablaban tanto, pero logre notar que sus ojos brillaban al ver a mis compañeros jugando, Federico me dijo -¿Por que no le hablas?-

-¿Y que le diría?-

-No lo se, preguntale como se llama, improvisa, seguro lo harás bien-

Después de una larga discusión, me convenció, ahora que recuerdo, esos recreos era tan largos, podía darme el lujo de discutir, y solucionar problemas en menos de la mitad del recreo, camine un poco mas rápido, mientras perdía a Federico de vista, se había quedado sentado en el árbol de limones, llegue a dos pasos de ella, me vio, su expresión me decía “¿Que quieres?”, y aterrorizado le dije:

-Hola, Me llamo Max- entonces me trabe -¿Co-como te lla-llama-as?-