Hace un tiempo vimos que la informática te puede ayudar a encontrar pareja, pero también sucede lo contrario: Internet, las redes sociales y la informática en general pueden ser una causa de ruptura como otra cualquiera. ¿Quieres saber por qué?
Demasiado tiempo con el PC
Nadie niega que cosechar los tomates de FarmVille, limpiar y alimentar a tu mascota de Pet Society y visitar treinta foros de fotos de gatitos son tareas de vital importancia, pero es de esperar que tu pareja no se lo tome demasiado bien, si es que inviertes demasiado tiempo en ello.
No te preocupes, ni los mundos de Mordor ni las llanuras de Lordaeron dejarán de existir si le dedicas algo de tiempo a tu pareja. Dosifica cuánto inviertes en este entretenimiento y, si la adicción te puede, sírvete de programas para programar descansos, como WorkRave, del que ya hablamos hace tiempo.
El “away” lo carga el diablo
Ya vimos en nuestro artículo sobre meteduras de pata en Messenger que el uso correcto de los estados no es tan fácil como parece. De hecho, especialmente el estado “Ausente” puede traer varios problemas comunicativos que terminen en discusiones.
De entre todas las posibilidades, destacamos las tres siguientes:
- Tu programa de mensajería se pone ausente por inactividad, mostrando a tu pareja que te fuiste del ordenador a mitad de la conversación.
- El mismo programa pone tu estado como disponible en cuanto se mueve el ratón, y tu pareja ve que has vuelto, tocado el PC, pero no has respondido.
- Está desactivada la opción anterior, por lo cual estás siempre listado como disponible. Te ausentas, tu pareja te habla y habla y, como no contestas, deduce que le estás ignorando.
El estado civil de Facebook
Hace unos días Facebook incluyó nuevos estados civiles, por lo que la lista crece y crece: soltero, separado, viudo, casado…
Estas sencillas palabras te pueden causar problemas si no las estableces correctamente, o incluso si lo haces. Lo mejor en estos casos es simplemente consultar a tu pareja, para evitar después un mal mayor.
Tu correo es mi correo
En la vida personal y virtual hay que respetar el espacio y la privacidad de cada persona. Por tanto, igual que no está bien coger el diario de alguien a escondidas y pasar una tarde entretenido leyéndolo, tampoco lo está leer el correo o redes sociales, por muy enamorados que estéis.
No es cuestión de si tienes algo que ocultar o no, sino de la confianza de saber que no necesitas ser auditado por nadie. En cualquier caso, si no te fías, será mejor que uses contraseñas seguras, no dejes que el navegador las recuerde y cierres siempre la sesión.
Exceso de celos
Internet pone bastante fácil ser infiel, al menos virtualmente hablando, así que no es de extrañar que este punto sea uno de los más importantes.
No obstante, antes de que instales algún keylogger o incluso un sistema de videovigilancia a tu pareja, recuerda que las relaciones en Internet no son lo mismo que en la vida real. En la red, ser amigo de alguien cuesta un único clic, y toda una vida en el mundo real.
De igual modo, que tu marido tenga 300 amigos en Facebook, algunas de ellas esbeltas señoritas, no significa que te esté siendo infiel con todas ellas. De igual modo, chatear con una persona no implica, en principio, otra cosa que conversar. No veas más de lo que hay.
Malentendidos varios
Si bien la videoconferencia va cogiendo terreno al resto de comunicaciones cibernéticas, el texto sigue siendo el principal protagonista.
Aquí el principal problema es que el texto coge el tono que el lector le quiere dar. De este modo, una misma frase puede ser seria, absurda o sumamente ofensiva, según lo que tu mente quiera interpretar en ese momento.
Por todo ello resulta esencial ser claro en la comunicación y detectar cualquier malentendido antes de que vaya a mayores.
¿Has perdido a tu pareja por culpa de Internet? ¿Qué te pasó?