R mi amor.


Nos metimos en la alberca, nadamos largo tiempo, hablamos, ya lo habiamos decidido, se acerco a la orilla, tomo su bolsa, y saco una navaja de ella, en un estuche de terciopelo, desenvainó la navaja, la levanto, la luna la iluminaba, era hermosa, saque mi pequeña navaja del pantalón que estaba a lado de su bolso, nos miramos, no eramos nada, solo nos conocidos que planeaban encontrarse del otro lado de la linea dela vida, así el filo roso la muñeca de ambos, la sangre corría, bajo la luz de la hermosa luna nos besábamos dentro del agua roja, el tiempo se paraba, pronto deje de sentir su la fuerza de su mano, había muerto -ya casi te alcanzo- le dije mientras besaba sus labios fríos, mi ultimo suspiro, llegaba desde el centro de mi alma, estaba en mi garganta, entonces vole, flote sobre el agua, podía distinguir un rostro arriba de mi, entre en un cuarto pequeño, “¿es aquí?” pensaba, no podía ser aquí, R no estaba, sentía como lentamente regresaba, sentía dolor, recupere la vista, una bolsa de sangre a mi lado, hombres a mi alrededor hablando, me levante exaltado, ¿donde estaba ella?, me quite la aguja, quería saltar de la ambulancia, quería encontrarla, me levante, esos hombres me detuvieron, R estaba a mi lado, llegamos a una habitación en un hospital, R me llamaba, mientras todos hablaban, me levante, R cerro la puerta, voltearon, intentaban abrir -¡Espera amor!- grite, R me sonrió, salte por la ventana, la gravedad me jalaba, antes de llegar al suelo la vi, era R “estaba viva”, me tomo del brazo, me llevo a la luna, R mi amor, se convirtió en mi vida quizá por nunca mas regrese.