En una fiesta de barrio, un grupito de chavos se enfrentan con un problema de conciencia.
– “¡Ándale, anímate y ve a sacar a bailar a la gorda para que nosotros saquemos a sus amigas!”, suplica uno de ellos.
– “Ah, chinga, chinga! ¿Y yo por qué? Sácala tú, o tú…”
– “No, mejor que la saque éste”.
En esas están, sin ponerse de acuerdo, cuando llega el que se las daba de más carita del grupo y les pregunta:
– “¿Qué pasa? ¿Qué andan haciendo?”
– “Nada, pos aquí que no nos ponemos de acuerdo para ver quien saca a la gorda…”
– “Sí quieren la saco yo”, dice con aire de grandeza.
– “¡En serio mi buen, órale pues!”
El galanazo cruza por en medio de la pista y llega hasta la mesa donde estaban la gorda y sus amigas. Sin contemplaciones se dirige a la gorda:
– “¡Órale, pinche gorda, a la chingada! ¡Para afuera!”